Por Silvia Ruiz
Tuve el privilegio de conversar con don Samuel Matsuda Nishimura,
autor del libro Rehenes en la sartén en el que narra la historia de la toma de
la residencia del embajador del Japón en Lima (17 de diciembre de 1996) por un
comando terrorista del Movimiento
Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) conformado por 14 miembros.
La importancia de este libro radica en que el escritor y
protagonista de la historia fue uno de los rehenes que vivieron en carne propia
el asalto a la residencia y permaneció cautivo hasta el día en que fueron
rescatados en el operativo Chavín de Huántar. En ese entonces, Matsuda era congresista de la república
(Nueva Mayoría-Cambio 90) y además era asesor especial de la Embajada del Japón
en el Perú.
Con sinceridad siento profunda admiración y respeto por este
ilustre peruano por su calidad moral, por su valentía; Dios quiso que
sobreviva. Fueron 125 días de incertidumbre y agonía, tanto para los rehenes y
sus familiares, como para el gobierno que tuvo la difícil tarea de manejar esta
crisis sin ceder al chantaje y a la insania de este grupo sedicioso.
Fui invitada por el señor Matsuda a la presentación del libro en
diciembre del 2008, la que fue en el Centro Cultural Peruano Japonés; recuerdo
a la numerosa concurrencia y entre ellos al padre Juan Julio Wicht, a Lourdes
Flores Nano y al almirante Luis Giampietri. Al encontrarme en medio de los
rehenes sentí un ambiente de hermandad y experimenté un sentimiento similar al
que acompaña a un ser humano al día siguiente de un terremoto o de un desastre
similar.
El asalto a la residencia del embajador del Japón fue un golpe
maestro; en realidad –según escribe don Samuel Matsuda en su libro– fue
inspirado en un guión cinematográfico que Gabriel García Márquez convirtió en
novela, Noticia de un secuestro, obra
inspirada, a su vez, en la historia real de los secuestros que los narcos y
subversivos realizaban en Colombia durante aquellos años. El 17 de diciembre de
1996 los subversivos capturaron en la embajada japonesa a la crema y nata de la
sociedad peruana: destacados políticos, militares, intelectuales, empresarios,
y también extranjeros notables, por lo que este lamentable suceso nos colocó en
el ojo de la tormenta y en todo el mundo se creó expectativa por saber el
desenlace.
Samuel Matsuda en Rehenes en
la sartén relata que la convivencia en la embajada entre los rehenes fue,
en lo posible, muy buena: los que tenían alguna habilidad la compartían,
dictaban clases de japonés y castellano, de teología; los rehenes, incluso,
armaron una animada peña; participaban de la misa; realizaban ejercicios, etc.
En realidad hacían de todo para pasar el tiempo y olvidar que estaban cautivos
y con la muerte rondando.
Samuel Matsuda nos comentó que a pesar de haber salido bien librado
de este suceso, y aunque ya han transcurrido muchos años, le dejó secuelas en
su vida y en la de otros rehenes; por ejemplo: acaba de ser operado de un tumor
al estómago y señala que algunos de sus compañeros –rehenes
como él– han
pasado por lo mismo.
Para finalizar, Rehenes en la
sartén es un libro emocionante de comienzo a fin. Es un relato
autobiográfico, histórico, de fácil lectura; escrito a manera de diario, es una
historia donde la realidad supera a la ficción, y que todos los peruanos,
indistintamente, deberíamos conocer puesto que constituye un testimonio acerca
de un hecho nefasto que no se debe volver a repetir.
“Todo el
mundo corría, chillaba, se tiraba al suelo. La residencia del embajador del
Japón ya no era una fiesta, era un caos total. Matayoshi y Sueyoshi corrieron
hacia la puerta principal.
De las
paredes del lado izquierdo del jardín bajaron raudas sombras negras. ”Llegaron
los ninjas” pensaron algunos. Pronto el error de apreciación estremeció sus
nervios.
-¡Nadie
se mueva carajo! ¡Todos al suelo!-
vociferó un emerretista empuñando amenazadoramente un fusil AKM. Su cara
ocultada por un pañolón mitad rojo, mitad blanco, identificaba su procedencia
MRTA en grandes letras y el número 22 que lo individualizaba, feamente escritos
con pintura negra”
“Rehenes en la sartén”
Autor:Silvia Ruiz Mogollón
Fotografía y video: Carlos Esquivel Lobatón
Revista Freyja Junio 2017