El aspecto más oscuro del director, productor y guionista de la
saga de Star Wars vuelve a salir a
la luz y trae a la memoria su comportamiento más despótico: las
repetidas humillaciones hacia el actor que interpreto al villano Darth Vader: David Prowse.
George Lucas decidió elegir a Prowse por su constitución física
(2 metros de altura y 118 kg de peso) y por ser británico, las primeras
películas fueron rodadas en un estudio del Reino Unido, pero decidió prescindir
de su voz en el montaje final.
Según declaró más tarde Prowse, el actor no supo que
su voz había sido sustituida por la de James Earl Jones, hasta la
misma sesión de estreno de la película. Al parecer, el director
californiano buscaba una voz grave, «oscura», y nunca tuvo intención
de usar la del actor inglés que en el rodaje era apodado como «Darth Farmer» («el granjero oscuro») debido
a su acento del oeste de Inglaterra. A George Lucas solo le interesaba
su cuerpo.
La humillación de enterarse en el estreno quebró para siempre la
relación entre el actor y el director, que años después acusaría al
inglés de «bocazas» por contar a la prensa detalles sobre la trama de
las películas. Pero el californiano todavía tenía reservado un agravio final
para Darth Vader. En el sexto
episodio, «El Retorno del Jedi»,
Lucas mostró la cara del villano ya redimido de sus pecados. Y bajo la máscara
no apareció «Darth Farmer», sino el actor también inglés Sebastian Lewis Shaw. La breve aparición
del actor y dramaturgo, con más de 65 años de experiencia en los teatros, se
mantuvo en secreto y pocos miembros del reparto conocieron la identidad
de Vader hasta el estreno.
Además, aunque la escena donde le quitan la
máscara a Shaw dura sólo dos minutos y siete segundos e incluye menos
de 24 palabras de diálogo, el actor recibió la fama del personaje y más
correos de seguidores que por ningún otro papel de su carrera. En una segunda
escena sin dialogo, Shaw aparece de fondo como un fantasma junto a Yoda y Ben Kenobi (Alec Guinness).
Paradójicamente, como si el papel de sith redimido conllevara
más miserias que alegrías, Sebastian Shaw fue remplazado en la escena
final de la reedición de 2004 por el actor Hayden
Christensen, la versión de Anakin antes de convertirse Darth Vader.
Con
este cambio, Lucas pretendió atar la precuela y la trilogía original juntas
en una de las decisiones más criticadas por los aficionados de Star
Wars.
Sin cobrar los
beneficios del sexto episodio
Mientras Lucas editaba y reeditaba a su antojo, David Prowse
aceptó aparecer en un documental titulado «The People Versus George Lucas»
dirigido por Alexandre O. Philips en el año 2010. Su participación,
donde contaba que se sintió ninguneado y humillado durante el rodaje, costó
caro al actor inglés que desde hace cuatro años está vetado en las
convenciones oficiales de «La Guerra de las Galaxias».
Entre sus declaraciones, Prowse denunció que casi cuatro décadas después del estreno de «El retorno del Jedi» sigue sin cobrar parte del dinero
pactado con Lucas Film. En concreto, se trata del porcentaje de la recaudación en
taquilla que, según George Lucas, no se pudo abonar puesto que no hubo
beneficios. No en vano, la película con un presupuesto de 32 millones de
euros recaudó unos 475 millones de dólares en 1983. Si Prowse y el
resto de actores no recibieron su parte fue por la contabilidad creativa de los
productores que hicieron que el saldo fuera oficialmente negativo.
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