Por: Carmen L. Alemán
La
estación invernal ya pasó. Es una época en que hacemos todos una reflexión interna. Quizás evaluemos qué
hicimos, donde estuvimos etc.
Con
el cambio de estación llega el momento de cambiar de actitud. Personalmente me
emociona y entusiasma tener el placer de ver brotar cada flor, cada capullo
bajo la tibieza del sol en mi balcón. Quizás tu sientas lo mismo; todo se
escucha, se siente y se llena de esperanza.
El
diccionario define ESPERANZA, como “confianza de realizar una cosa que deseamos”.
Necesitamos confianza para tener cada día una experiencia positiva.
La
esperanza nos ayuda a hacer frente a la adversidad. Cuando asistía como voluntaria
al piso de oncología del Hospital Militar a darle clases de química a un
soldado que soñaba con aplicar a la universidad cuando culminara sus sesiones
de quimioterapia; al final de la mañana pensé que mi labor no había sido tan buena
porque era un joven enfermo. Pero a la semana siguiente el personal del piso me
preguntó que había hecho para cambiar la actitud del joven hacia su curación.
Pasaron
cinco semanas y el mismo joven manifestó al médico y enfermeras que cuando
inicie las clases él pensó: “si estuvieran seguros que voy a morir no le
hubieran dado pase a la profesora para repasarme el curso”.
Tu
puedes llevar la esperanza y la sanación a un mundo lleno de problemas con un
toque de amor, poco a poco.
Llena
tu vida de esperanza, de amor y acción. Cree ora y nunca pierdas la fe de que
puedes cambiar el mundo.
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