jueves, 23 de julio de 2015

"PROBLEMAS QUE ENFRENTAN LOS ADULTOS MAYORES"


Autor: Alberto Verastegui Sotomayor
Licenciado en Psicología

Supongamos que nos detenemos en el tiempo y recordamos a esas personitas que años atrás nos amaron, protegieron y brindaron su apoyo incondicional; pero que ahora en el presente ignoramos. Nos referimos a los adultos mayores.
Dependiendo de sus vivencias y temperamento, algunos llegan a la vejez llenos de amor y serenidad. Para sus hijos y nietos representan una fuente de amor y sabiduría. Sin embargo, contradictoriamente, y por diferentes razones, algunos adultos mayores llegan a la vejez llenos de amargura, maltratando a todos los que se cruzan por su camino.
Esta situación genera conflictos con sus hijos y con todas las personas del entorno. Si bien es cierto que necesitan sentir cariño por parte de sus seres queridos, esta actitud negativa hace que se produzca distanciamiento y rechazo hacia ellos. La situación es aún más lamentable cuando padecen enfermedades, pues el ambiente se torna caótico, tenso, y muchas veces veces la paciencia de los familiares se agota, generándose sentimientos confusos, que oscilan entre los buenos recuerdos de otros tiempos y la realidad actual.

Qué problemas enfrentan

Hay que comprender que el adulto mayor se encuentra en la última etapa de la vida, la que antecede al fallecimiento de la persona, y que, como es lógico, se siente atemorizado.
Recordemos que esta época es compleja y difícil de sobrellevar para ellos, ya que  se producen cambios: el cuerpo empieza a deteriorarse y, del mismo modo, las facultades cognitivas. También hay que tomar en cuenta que quienes en su juventud han sido muy activos e independientes son los que más sufren, tal es el caso de los jubilados y los discapacitados.
Ante esta situación una persona no puede trabajar, su actividad social disminuye y entonces empieza a experimentar estados psicológicos muy negativos, como los de exclusión y postergación, lo que lo lleva a caer en depresión, ansiedad o en enfermedades degenerativas, por la soledad o por las limitaciones cognitivas y físicas que muestra su cuerpo y mente.
Muchas veces experimentan dolor por la pérdida de un ser querido, ven partir hermanos, amigos, incluso a sus propias parejas, los llena de profunda tristeza.
Los estudios señalan que  más del 20% de los adultos mayores que pasan los 60 años de edad, sufren de algún trastorno mental o neural (demencia).
Es lamentable que en algunos casos, son vulnerables al descuido físico y al maltrato sobretodo en edad avanzada.


¿Cómo los ayudamos?

Construyendo una red familiar sólida en la que se sientan amados, integrados y protegidos.
Estimulándolos a llevar una vida activa, animándolos a que se integren a grupos con personas de su misma edad, en los que viajen, participen de fiestas, estudien, realicen actividad física y social. Este desempeño los hace sentirse mejor y los pone de buen humor. Hay que saber que muchos municipios desarrollan programas en favor del adulto mayor.
Se recomienda la práctica de yoga y ejercicios cardio-respiratorios, como las caminatas, que contribuyen a mantener la salud en buen estado. De igual modo, no hay que olvidar los beneficios del agua tomando baños con aguas termales, haciendo hidroterapia y natación; estas prácticas son relajantes.
Deben seguir una buena alimentación. Ello es imprescindible en esta etapa de la vida pues así se previene el desarrollo de muchas enfermedades que están estrechamente relacionadas con hábitos de alimentación incorrectos. Una dieta  sana, en la que se incluyan antioxidantes, es beneficiosa para la salud.
Procuremos que rían con más frecuencia: la risa es una manifestación de la alegría. Se ha observado que la risa mejora el estado de ánimo, reduce los niveles de colesterol en la sangre, regula la presión sanguínea y aumenta el apetito, además libera el temor y la angustia.
Deben mantener la mente activa: esto significa favorecer toda actividad intelectual, y desarrollar trabajos que ejerciten la curiosidad y la actividad mental.  Leer, estudiar, realizar ejercicios intelectuales, resolver crucigramas, sudoku, escribir, etcétera, impiden o retardan que se atrofie la memoria. Hay que motivarlos a que cada día aprendan algo nuevo.
Si usted observa que el adulto mayor no desea integrarse a ninguna actividad  y su actitud es de aislamiento, sedentarismo y negatividad, quizás esté pasando por una fuerte depresión. Si esto ocurre no dude en llevarlo a terapia para ayudarlo a  afrontar la realidad de forma profesional.
EE






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