domingo, 23 de agosto de 2015


En un atraco a una joyería, dos policías, cómo no, acuden rápidamente al lugar de los hechos; mas tras varias horas inspeccionando la zona, no tienen ni una sola pista. Ante esto, uno de los guardias comenta a su compañero:

- No podemos presentarnos ante el jefe con las manos vacías, ya sabes que tiene muy mala leche ¿qué hacemos?
El compañero se queda mirando un rato el lugar, y en un portal cercano ve durmiendo plácidamente
a un borracho, y dice:
- ¡Ya está!, principal sospechoso: el borracho.

Dicho esto, se lo llevan a la comisaría. Una vez allí, comienza el interrogatorio por parte del comisario
.
- Muy bien simpático: ¿dónde están las joyas? (El borracho ni palabra)

- Le pregunto que dónde están las joyas… ¡No disimule! (El borracho, medio dormido, ni palabra).

Tras preguntarle unas 10 veces, y lógicamente no encontrar respuesta, el comisario ordena:
- ¡Guardia! ¡Tráigame un balde grande con agua fría, ya veremos cómo se espabila éste!

Le coge la cabeza al borracho y comienza a meterla en el balde mientras le pregunta una y otra vez:

- ¡¿Dónde están las joyas?! ¡Colabore! ¡¿Dónde están las joyas?!

El borracho comienza a despertar, y tras unos minutos, y sin entender nada de lo que pasaba, grita desesperado:

- ¡Por favor, contraten un buzo, que yo no las encuentro!

Extraído de internet                 
                                                                                                            


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